Foto: El País |
Iñaki se siente fuerte, convencido de su capacidad para defender su evidente inocencia ante una instrucción penal.
Nunca ha sido persona de protocolos ni escaqueos, siempre ha dado la cara, aún pudiendo trabajar para cualquier empresa y forrarse, como ahora, quiso emprender y demostrar a los españoles que la Casa Real no está sólo para gastar, sino también para generar riqueza y conocimiento. Personalmente admiro muchísimo más el Iñaki de Nóos que el de ahora, obligado por las circunstacias de un rey que no cree en la presunción de inocencia.
Hoy empieza la era de la verdad en el caso Urdangarin, hoy se acabará la manipulación. Pronto los linchadores medievales tendrán que pedir perdón por sus actos de grave perjuicio ante Iñaki y todas las personas imputadas que han sufrido los achaques de una multitud sin cerebro ni respeto democrático.