Pages

¿De qué hablaba Urdangarin cuando se reunía con sus clientes?

sábado, 11 de febrero de 2012

Foto: Miquel Massutí (Diario de Mallorca)
Consulta del lector Roberto m. 10/02/2012 19:59:53

Las veces que le acompañé a reuniones con clientes, que no eran muchas pues yo normalmente trabajaba para clientes de Diego Torres (en general cada socio tenía 'sus clientes', excepto los más grandes que eran compartidos), los temas dependían de si eran visitas de venta o bien de consultoría (no asistí a ninguna de venta o reporte de los proyectos con Valencia e Illes Balears).

En las de venta no difería el discurso del mismo que usaba su socio, comentaba qué era el Instituto Nóos, que era un think tank sobre investigación aplicada, con un comité científico formado por expertos internacionales que por lo tanto le daba una amplia red de contactos, y también lógicamente en lo que se podía conseguir con los contactos que se tenían, ya sean del ámbito deportivo, académico o político.

A diferencia de lo que se ha dicho, yo nunca le oí enfatizar lo que podía conseguir por ser miembro de la familia real. Su tono era campechano como es él en cualquier conversación, sin excentricidades ni prepotencia, eso era algo que valoré positivamente de él.

Por su parte, en las sesiones de consultoría pues participaba matizando las conclusiones que el consultor que le acompañaba podía vertir, haciendo su rol de socio y director último del proyecto. Como curiosidad, era habitual oirle decir cosas prácticamente literales que había aprendido u oído a Diego Torres, a quién tenía como referente intelectual y científico, hecho que refuerza las motivaciones originales de la alianza con Diego Torres, un brillante consultor, docente y comunicador.

Iñaki aprendía de su socio, y lo aplicaba en sus reuniones en solitario. Yo hacía lo mismo en su momento cuando estuve tres años aprendiendo de Diego Torres, mi maestro y mentor.

Investigar las filtraciones debería ser iniciativa del propio juez Castro

viernes, 10 de febrero de 2012

Foto: El País
La comisión disciplinaria del Consejo General del Poder Judicial acordó abrir unas diligencias informativas previas al juzgado de instrucción número 3 de Palma de Mallorca, cuyo titular es José Castro Aragón, que investiga el caso Urdangarin.

Lo cierto es que no hubiera tenido que ser necesario que el CGPJ tomara cartas en el asunto, al cual ya se refería ABC hace muchas semanas, y el propio juez Castro 'advertía' hace unos días que no podrá evitar ni tan sólo las filtraciones de las grabaciones de las declaraciones de imputados que han pedido este método de registro de su declaración (caso de Diego Torres, aunque no de Iñaki Urdangarin).

Las garantías procesales forman parte del sistema democrático del país, lo cual obliga al propio juez instructor a velar por el cumplimiento también de los mismos. No es de recibo que diga que iniciar una causa sobre ello "ya se advierte inútil, dilapidadora de un tiempo que no sobra". Forma tan parte del caso como la investigación de las presuntas irregularidades, y es un grave atentado a la presunción de inocencia de los imputados.

Que las filtraciones provengan del propio juzgado o no es precisamente lo que tiene que investigar, no veo porqué debe 'tener tiempo' para investigar las presuntas irregularidades y no las presuntas filtraciones. La ecuanimidad debe formar parte del sistema judicial, y los juicios de valor del juez se los debe guardar para cuando juegue a dominó con sus amigos.

Por un lado la policía judicial me aseguró durante mi declaración que no había habido ninguna filtración de partes secretas del  sumario desde la instrucción, y que en todo caso lo que se había filtrado había sido parte de lo que se había entregado a alguno en concreto de los propios imputados.

Por otro lado, me consta también por parte de algunos imputados que sí se produjeron dichas filtraciones, no entraré en el detalle si desde juzgado, secretarios judiciales o policía judicial. Más aún, uno de los periodistas que recibió filtraciones antes del levantamiento del secreto de sumario, aseguró que no tenía porqué rendir cuentas de sus fuentes, lo cuál es cierto, pero también lo es que implícitamente reconocía estar recibiendo filtraciones secretas.

Nadie es impune, ni un yerno del Rey, ni un juez prevaricador (no me refiero a Castro) ni la parte instructora de un caso. Todo forma parte de la Justicia, y por ello todo debe tener el mismo grado de consideración.

¿Cómo fijaba los precios el Instituto Nóos?

jueves, 9 de febrero de 2012

La fijación de precios y elaboración de presupuestos en el Instituto Nóos no difería mucho del resto del sector de consultoría. En general no existe un precio hora fijo, dentro de unos baremos. En este sentido podemos de entrada afirmar que precios que han aparecido en medios como los 416 €/h. para determinados casos o el 1,2 millones para las cumbres, están dentro de esos baremos de mercado, al menos para la época.

Para las cumbres se partía para elaborar el presupuesto de las partidas de coste, se estimaba el coste de la subcontratación o prestación del servicio y se añadía un margen, redondeando las cifras finalmente. Hay casos en que en el coste de, por ejemplo, las cumbres de Valencia, parte de las partidas eran asumidas por el cliente, como todas aquellas vinculadas con los gastos in situ (alquiler salas, alojamiento expertos, desplazamientos, catering, decoración), mientras que el resto de partidas vinculadas especialmente con el personal de Nóos eran asumidas por éste (logística, búsqueda expertos, comunicación, prensa, administración, editorial, diseño programático, etc.). En el caso de Mallorca sí estaban incluídos en el presupuestos todas las partidas de coste.

En consultoría había un precio hora aproximado para socios, consultores sénior y consultores júnior, de los que se hacía una previsión de dedicación, y finalmente se redondeaba la cifra. Para grandes empresas podía aplicarse a veces la norma de no efectuar trabajos por debajo de los 100.000 €. En otros casos, en especial para administraciones públicas locales, se llegaron a hacer trabajos de muy bajo importe, por debajo de los 10.000 €.


Como en cualquier otra consultora, había propuestas que llegaban a buen término y otras que simplemente eran rechazadas, tanto para clientes privados como públicos. En general, pero, se podía considerar una consultora con precios caros, dentro del baremo de precios de mercado que otras consultoras también ofrecían, pero en la banda alta. Este aspecto es el que se ha querido vincular con el presunto delito de malversación de fondos públicos, dado que Nóos no ha justificado con facturas el 100% de los gastos presupuestados para las cumbres. Lo cierto es que teniendo en cuenta que a cada partida se le añadía un margen, resulta inconcebible para una actividad lucrativa (pues no era, está claro, una entidad sin afán de lucro) que no exista un margen y, por lo tanto, es imposible que para un presupuesto de 1,2 millones se puedan justificar más de 600 u 800.000 €. Al fin y al cabo, de haber superado el presupuesto, el coste hubiera ido a cargo de Nóos con las pérdidas consecuentes. Las cumbres resultaron pues ciertamente lucrativas para la empresa, en especial las de Valencia, aun siendo cierto que los proveedores o subcontratistas eran elegidos con especial esmero, y eran también caros para la empresa pues eran de alta calidad.

Se ha apuntado a menudo que Nóos había 'desviado' dinero público. Nada más lejos de la realidad: cuando un cliente aceptaba un presupuesto y pagaba por los trabajos, ese dinero dejaba de ser público para pasar a ser privado, y de ahí los socios decidían qué hacer con el beneficio, si dejarlo en la empresa para reinversión o retirarlo como dividendos en retribución por su trabajo.

En cualquier caso, además del factor coste del personal implicado, el factor más relevante de facto era la disponibilidad a pagar del cliente, por lo que se maximizaba lo que en teoría económica se llama el excedente del consumidor, intentando fijar el máximo precio que en la negociación se podía llegar a cobrar. Era pues a menudo una negociación con el cliente.

Finalmente, un tercer factor era la reputación de la empresa, en este sentido el quién son los socios o la imagen de marca determinan de forma también importante el precio, como en el resto del sector. En el caso del Instituto Nóos la calidad técnica y científica que aportaba Diego Torres era complementada por la imagen de prestigio en el ámbito deportivo de Iñaki Urdangarin, aunque es de suponer que también su pertenencia a la familia real era un factor de decisión entre los clientes, para quienes ambos elementos les ofrecían garantías de éxito.

Se ha apuntado que la presencia de Urdangarin en Nóos era un factor que hacía que muchos clientes se 'sintiesen obligados', o que con él se podía llegar a esferas políticas que de otro modo no sería posible. Lo cierto es que no se iba a punta de pistola a convencer a los clientes, la prueba es que muchos rechazaron las propuestas. Que Urdangarin aprovechase su pertinencia a la Casa Real tampoco era necesariamente cierto, en Mallorca se accedió al presidente Jaume Matas a través de un amigo deportista de Iñaki, Pepote Ballester. En cualquier caso, cualquier persona con carnet de un partido político gobernante tiene fácil acceso a consejerías y presidentes, con lo que la Casa Real como tal no dejaba de ser un 'color político' más, simplemente que en este caso era útil para cualquier opción gobernante.

Lo que el Rey podía saber de los negocios de Urdangarin

lunes, 6 de febrero de 2012

Foto: Casa Real
Parece cierto que el Rey 'ordenó' a Urdangarin que dejase sus negocios privados, al menos son muchas las referencias y la Casa Real no las ha desmentido. Pero, ¿qué podía saber realmente el Rey sobre los negocios privados de su yerno?

Cuando el Rey envió a un asesor a escudriñar el Instituto Nóos no pudo ver en absoluto ni un porcentaje ínfimo de lo que ahora corre por los medios y consta en el sumario de un caso que sigue instruyéndose y, por lo tanto, no podemos tomar como Biblia como alguien hace.

La única conclusión que a lo sumo pudo llegar el asesor es que el Instituto Nóos tenía forma jurídica de asociación sin ánimo de lucro, y en realidad había un lucro evidente a través de las empresas del grupo que le facturaban. Caso contrario le hubiera llevado semanas o meses llegar a conclusiones más allá de esta.

Pero lo cierto es que el Rey simplemente no quería que un miembro de la familia real tuviera iniciativa y quisiera ser algo más que miembro de la misma. Iñaki igual no es el yerno perfecto, como rezaba el documental de laSexta, pero ciertamente a ojos de mucha gente como yo mismo es un ejemplo prototipo de emprendimiento e iniciativa que debería ser ejemplo para todo el país, en vez de tener que terminar escondiéndose trabajando cómodamente para una empresa tercera, como hizo Marichalar desde el principio en Loewe, y ahora ha tenido que terminar haciendo Urdangarin en su exilio.

Resulta pues absolutamente censurable que el Rey le pidiera abandonar sus negocios privados, cuando máxime es un ejemplo de lo que necesita el país. Otra cosa muy distinta es el globo mediático que se ha inflado alrededor del caso y que será un juez, y no la opinión pública, quien tenga que decidir si había o no irregularidades penales, y especifico PENALES porque muchas de las acusaciones de la opinión mediática y pública no tienen nada que ver con la vía penal, en todo caso con la administrativa, o civil (que es la que regula los presuntos incumplimientos en los preceptos de las asociaciones), o peor, simplemente en la ética subjetiva.

El Rey pues no podía saber nada de los negocios más allá de que presuntamente se incumplía un precepto por la vía administrativa: tener ánimo de lucro, algo de lo que el Instituto Nóos por cierto nunca hizo bandera. Las decisiones del Rey pues fueron totalmente arbitrarias y centradas exclusivamente en lo que a él le interesaba, y no pueden pues ser interpretadas como indicio de culpabilidad de Urdangarin en absoluto, a diferencia de lo que ya han hecho ciertos medios.