En la editorial de ayer de El País podíamos leer: "Pero solo la frivolidad, el populismo y el amarillismo periodístico, o la mezcla de los tres, permiten confundir la crítica que merece el comportamiento no ejemplar de Iñaki Urdangarin con un debate sobre el futuro de la Monarquía". Toda una caricia a El Mundo, que ha elevado el caso Urdangarin a caso contra la Monarquía.
En el programa de Antena 3, Espejo Público, de esta mañana, conducido por la periodista Susanna Griso, el representante de El Mundo en una tertulia, Esteban Urreiztieta, ha sido interpelado sobre el uso que hacen determinados medios del caso Urdangarin para atacar a la Monarquía. Lo cierto es que su respuesta no podía ser más aclaratoria: "el único que ha vinculado el tema ha sido Urdangarin con...", o sea, balones fuera y aceptación implícita de su línea editorial contra la Monarquía.
O sea que, además de la evidente pertenencia del sindicato ultraderechista Manos Limpias, que no ha tenido rubor alguno en actuar de parte acusatoria ante el caso Nóos para solicitar constantemente la comparecencia, ya sea en calidad de testigos o imputados, de personas vinculadas con la Casa Real, ya tenemos pues otra pieza de este Tea Party español contra la Monarquía que vamos descubriendo poco a poco, por si teníamos alguna duda.
Nos falta lógicamente la pieza esencial del Tea Party español, la pieza política, que está claro que no corresponde íntegramente a ningún partido político en concreto a la vista de tanta ovación al rey en la apertura de la X Legislatura del Parlamento el pasado 27 de diciembre. Tampoco el Tea Party estadounidense es un partido político al uso. Pero a buen entendedor, pocas palabras faltan, y sino, tiempo al tiempo que se descubrirá solito.