Sin duda la noticia del día la filtraba El País, "Un empresario revela que Nóos le encargó 13 facturas falsas por 124.000 euros", a partir del levantamiento del secreto sumarial parcial de las declaraciones que el viernes tomó el juez Castro en Barcelona a varios imputados y testigos. Pero veremos como dicha noticia es falsa. De hecho el propio El País ha modificado a lo largo del día la noticia ante la evidencia de la manipulación inicial.
De entrada, lo cierto es que hay que desvincular estas facturas de los 382.000 € cobrados por el Instituto Nóos por los trabajos de preparación de la candidatura de Valencia a los Juegos Europeos. Dicha cantidad está plenamente justificada con una factura de Lobby&Comunicación a Instituto Nóos por importe de 241.971,30 € con fecha 31 de julio de 2006, por estudios previos de mercado, y por el trabajo realizado en el propio instituto Nóos por al menos dos consultores durante varios meses en la preparación de la precandidatura valenciana. Ello justifica perfectamente lo cobrado a las administraciones valencianas.
No es pues de recibo que estas facturas se vinculen con los 382.000 € cobrados por los Juegos Europeos, tal y como apunta erróneamente La Vanguardia. Por su parte El País no matiza si estarían o no destinadas a justificar el importe pagado.
Así pues, si han aparecido estas supuestas facturas falsas presentadas por dicho empresario, director general de la firma especializada en comunicación y proveedor habitual del Instituto Nóos, habría que vincularlo con algún intento de cobrar de más sobre esos 382.000 €. Finalmente, según se comenta, las facturas fueron rechazadas por la Generalitat valenciana como justificación (entiendo yo, pues eso no se comenta) de nuevos gastos, y posteriormente el importe de dicha facturación de la empresa a Instituto Nóos fue cancelada con un abono por importe de 124.000 €, dejando sin efecto dichas supuestas facturas falsas.
Asumiendo como siempre la presunción de inocencia, para evaluar este 'descubrimiento' hay que atender nuevamente al sentido común: ¿qué ganaba el Instituto Nóos con la presentación de dichas facturas falsas? Si le añadía un margen e intentó cobrarlo a la Generalitat valenciana tendría un sentido (común), pero tal y como se presenta la noticia no se aporta dicha información. Faltaría pues saber cómo se vincula a la facturación que el Instituto Nóos quisiera cobrar a la Generalitat.
Finalmente apuntar que, a derecho, de ser cierto, no podrían ser consideradas facturas falsas porqué existiría un abono posterior que anula los importes, por lo que la cuestión queda fuera del caso por la vía penal y nos quedamos, como siempre, en el ámbito ético y moral. Pero... ¿Qué pasaría si dichas facturas 'falsas' no hubieran existido y fuesen una invención periodística? Al menos así me consta y así se demostrará...