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Investigar las filtraciones debería ser iniciativa del propio juez Castro

viernes, 10 de febrero de 2012

Foto: El País
La comisión disciplinaria del Consejo General del Poder Judicial acordó abrir unas diligencias informativas previas al juzgado de instrucción número 3 de Palma de Mallorca, cuyo titular es José Castro Aragón, que investiga el caso Urdangarin.

Lo cierto es que no hubiera tenido que ser necesario que el CGPJ tomara cartas en el asunto, al cual ya se refería ABC hace muchas semanas, y el propio juez Castro 'advertía' hace unos días que no podrá evitar ni tan sólo las filtraciones de las grabaciones de las declaraciones de imputados que han pedido este método de registro de su declaración (caso de Diego Torres, aunque no de Iñaki Urdangarin).

Las garantías procesales forman parte del sistema democrático del país, lo cual obliga al propio juez instructor a velar por el cumplimiento también de los mismos. No es de recibo que diga que iniciar una causa sobre ello "ya se advierte inútil, dilapidadora de un tiempo que no sobra". Forma tan parte del caso como la investigación de las presuntas irregularidades, y es un grave atentado a la presunción de inocencia de los imputados.

Que las filtraciones provengan del propio juzgado o no es precisamente lo que tiene que investigar, no veo porqué debe 'tener tiempo' para investigar las presuntas irregularidades y no las presuntas filtraciones. La ecuanimidad debe formar parte del sistema judicial, y los juicios de valor del juez se los debe guardar para cuando juegue a dominó con sus amigos.

Por un lado la policía judicial me aseguró durante mi declaración que no había habido ninguna filtración de partes secretas del  sumario desde la instrucción, y que en todo caso lo que se había filtrado había sido parte de lo que se había entregado a alguno en concreto de los propios imputados.

Por otro lado, me consta también por parte de algunos imputados que sí se produjeron dichas filtraciones, no entraré en el detalle si desde juzgado, secretarios judiciales o policía judicial. Más aún, uno de los periodistas que recibió filtraciones antes del levantamiento del secreto de sumario, aseguró que no tenía porqué rendir cuentas de sus fuentes, lo cuál es cierto, pero también lo es que implícitamente reconocía estar recibiendo filtraciones secretas.

Nadie es impune, ni un yerno del Rey, ni un juez prevaricador (no me refiero a Castro) ni la parte instructora de un caso. Todo forma parte de la Justicia, y por ello todo debe tener el mismo grado de consideración.